Saturday, December 30, 2006

Esto lo escribi hace tiempo, y por extrañas razones no lo habia publicado. De cualquier manera, lo subo ahorita:

Hoy es lunes, son como la unade la mañana y otra vez no puedo dormir. Creo que ya se está volviendo una costumbre.

Y no es que tuviera ganas de desvelarme, como ayer, que encontré en internet a gente afin a mí, igual de loca que yo, a la que le gusta crear y contemplar fotomontajes clónicos y lesbi. Hoy es más bien por otra cosa. Es por una mezcla de sentimientos que me tienen embargado.Hoy vino a la casa mi prima, una linda chica que es hija de un hermano de mi mamá. Ella se llama Samantha, y es completamente preciosa. Es una chica muy delgada, con una cara muy bonita, y una nariz afilada, preciosa. Me encanta.Y como comentaba con mi madre: lástima que sea mi prima!!!

El hecho de que viniera me hizo sentir muchas cosas. Me puso un poco en contacto con mi familia, a la que casi nunca veo. Me puso a pensar en por qué no tengo yo a una novia, no digamos ya a una esposa, siendo que hay tantas chicas ahí afuera que son lindas y que no creo que se disgustaran de andar con alguien como yo. Me puse a pensar en lo que es mi vida ahorita, tan incierta, cuando me preguntó que a qué me dedicaba. Ella nos decía que está trabajando en alguna organización no gubernamental, que tiene algo que ver con las preparatorias que instaló AMLO aquí en el DF, y que está visitando a gente de bajos recursos, dando pláticas sobre toda clase de temas como discriminación, salud reproductiva, feminismo y esas cosas. Todas esas cosas que son sumamente importantes pero a las que muchas veces el mundo moderno les da la espalda.

También platicábamos de algún primo, que trabaja como gerente en un hotel y "gana mucho dinero", o de su propio hermano, que trabaja como editor de un suplemento de un periódico de circulación nacional.
Y cuando me preguntó a mí que qué hacía... me sentí turbado.
No es que me sienta mal por mi trabajo. Yo reconozco que estoy en un puesto importante, que estoy trabajando con algunas de las marcas más reconocidas a nivel mundial, como son Toyota o Coca Cola, que no gano poco dinero, y que puedo decir que estoy en una situación privilegiada. Sí. Tengo eso. Pero, ¿y luego? No es algo que me satisfaga. Desde siempre sentí un profundo rechazo por las cuestiones mercadológicas, huí de ellas lo más que pude estando en la universidad y me ha costado mucho trabajo poder adaptarme incluso a su lenguaje. Cuando me preguntan que qué hago, digo casi murmurando "en una agencia de investigación de mercados", apenado, primero, por que suena como algo casi esotérico y aburrido y, segundo, por que no tiene nada que ver conmigo. Y sin embargo, traigo acarreando la carga que te impone la sociedad de que "trabajo es identidad", de que tú eres aquéllo en lo que trabajas. ¿Y si aquéllo en que trabajas no es lo tuyo...??? ¿Eres aún así aquello en lo que trabajas??? ¿Un doctor, cuya verdadera vocación es de cineasta, puede considerarse como doctor, sólo por que ejerce esa profesión? ¿O qué es en realidad? ¿Doctor? ¿Cineasta? ¿Qué?

Así me está pasando a mí. Sobre todo con la gente que me conoce, que sabe mi pasado, noto que se desconcierta sobremanera cuando les comento que estoy en esto. Me miran (o siento que me miran, tal vez sólo soy yo el que proyecto mis incertidumbres en sus miradas) como diciendo: "éso no eres tú".

¿Entonces qué soy?

Todos estos sentimientos me mortifican.

Por otro lado, algo que todavía no puedo manejar bien y que me tiene en esta angustia tremenda, es la situación específica de mi trabajo, ya no tanto el giro de éste.

En donde estoy trabajando, el principal obstáculo es la dueña, una señora judía que tiene un carácter absolutamente endiablado, que nos mantiene a todos en la oficina en un estrés impresionante y que amenaza un día sí y el otro también con que a todos nos van a correr, por que además, está convencida que todos los seres humanos de este planeta, salvo ella, somos unos pendejos, y así nos trata.

Y eso me lastima profundamente.

Yo sé que soy una persona inteligente. Siempre me lo han dicho. También sé que no domino el lenguaje mercadotécnico y que por ello comento errores al interpretar o decir las cosas con ella. Pero eso es muy diferente a que toda comunicación con esta persona sea terríblemente difícil, que tengas que expresar con sumo cuidado cada una de tus palabras por que en cualquier momento puede estallar la señora y decirte en tu cara que eres un pendejo y que ella "está cagada".

Es horrible.

Todo esto me hace sentir aún más confundido, con incertidumbres de si meterme de lleno a la investigación de mercados, si dedicarme a ahorrar y buscar otro camino, si de salirme voy a encontrar trabajo pronto o voy a estar de nuevo en el limbo existencial otro buen rato...
No sé, no lo sé, me abruma impresionantemente.